sábado, 23 de mayo de 2009

Los periodistas del corazón: esos grandes desprestigiadores.

Sufrimos su trabajo infinitamente valioso en nuestras espaldas. Y con nuestras me refiero a todas aquellas de los que decidimos que el periodismo tiene más que ver con educar y enseñar que con cotillear.

Mientras que en la televisión hay trillones de programas y horas invertidas en las audacias de esos otros pequeños grandes héroes, cuya función en la vida es recordar cada cama visitada para contarlo después, otros trillones de sucesos ocurren al margen de la población y la cultura.
Qué pena, qué pena que el hecho de decir "yo veo los documentales de la 2" te cree una burbuja de marginación y rareza. Si encima comentas que "apenas veo la tele" o que no conoces a la señorita Patiño, vas listo si confias en tener amigos. ¡Ja!

Bueno, seamos serios.
El punto número uno (cosa que les encanta decir) es que yo les respeto.
El punto número dos determina que ese tipo de periodismo no asemeja ni engloba la profesión en general. Ni mucho menos.
Igualmente, hay probablemente más periodistas "serios" que de prensa rosa, lo que pasa es que estos últimos hacen mucho ruido.
Hablando de ruido, forman gallineros impresionantes. No logro entender cómo tienen tanta supuesta audiencia si los programas están formados de gritos e interrupciones. ¿De veras es uno capaz de captar esencia alguna?
Un día lo investigaré en profundidad. Probablemente hayan desarrollado un oído sensible a los cotilleos.

De todas formas, no necesitamos ver estos programas didácticos para enterarnos de la vida social española, para eso tenemos al gran Ángel Martín, quien, incluso vetado en Telecinco, nos trae las avenencias y desavenencias del panorama rosado. A él le debo yo mi conocimiento sobre la trama Campanario-Esteban-Andreíta-NiñadelaCampa. Qué pasote, ¿eh?

Así que, por favor, entended que NO, el hecho de que estudiemos periodismo no es señal para que alguna de estas preguntas sea afirmativa:

  • Ahh, periodista, ¿como la Ana Rosa?
  • Ahh, periodista, ¿qué quieres, estar ahí en un programa como DEC?
  • Ahh, periodista, ¿pa' perseguir a la Esteban y a esos por la calle, como los reporteros?
  • Ahh, periodista, ¿como los del Tomate?
Hmm, no, gracias, cinco años invertidos en dinero y estudio no me compensa una trepidante vida en los andenes del AVE.

En cualquier caso, al margen de lo dicho, hay una cosa que me intriga, y es cuando tratan ciertos temas cual objeto de estado. ¿De verdad les resultará tan trascendental?
Espero que, una vez apagados los focos, la mayoría se ría de sus noticias.

Paz y Cultura.


PD: Entrada escrita sin ánimo de ofensa.